El ser humano es mucho más que una máquina de memorizar. Está dotado de una potencialidad no explotada actualmente. Focalizarnos exclusivamente en una sola inteligencia, la racional, es pobre y produce alumnos, profesores, y padres, insatisfechos con los resultados de sus hijos.

En el mundo actual, algunas competencias imprescindibles para alcanzar objetivos vitales básicos requieren de unos aprendizajes que están siendo sistemáticamente relegados a un segundo plano. Competencias como la gestión de las emociones, la atención sostenida, las actitudes que facilitan la perseverancia en la consecución de objetivos, construir y mantener relaciones interpersonales satisfactorias, etc., no se trabajan de forma sistemática ni en los hogares, ni en las escuelas ni mucho menos en la calle. Si le preguntamos a cualquier madre o padre qué deseo le otorgaría a sus hijos en el futuro, posiblemente muchos dirían: “la felicidad”. Sin embargo, ¿estamos educados para ser felices? ¿Podemos aprender a ser felices, a sentirnos bien?

El modelo de educación positiva de Felicidad Sostenible, trata al alumno desde una perspectiva mucho más completa que la actual. Trabajamos la dimensión cognitiva, emocional y social. De ese modo, el alumno formado con nuestro modelo, será un alumno más preparado, no sólo para aprobar, sino para triunfar en la vida.

La propuesta de Felicidad Sostenible, siendo conscientes de las dificultades que la escuela como institución encuentra en el momento actual, incluye también herramientas y formación al profesorado, así como para las familias, de manera que el cambio de paradigma y los resultados sen implementen en toda la comunidad educativa.