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Organizaciones Felices y Sostenibles (II)

Toda organización o grupo, sea ésta una empresa, una escuela o un equipo deportivo, como partes de un sistema, tiende a la homeostasis. Como individuos, tenemos la misma tendencia a la autorregulación homeostática, al mantenimiento del equilibrio, aunque éste, en ocasiones, sea disfuncional.

La Homeostasis se define como “la tendencia general de todo organismo al restablecimiento del equilibrio interno cada vez que éste es alterado” (Cannon, 1932).

Philippe PetitA una organización de individuos, como una empresa, le ocurre lo mismo, de manera que hay empresas que son “funcionales” desde el punto de vista sistémico (porque obtienen resultados) pero que son muy poco salutógenas. Algunas de estas empresas no solo son poco salutógenas, sino que incluso son generadoras de psicopatología; sin embargo, “sobreviven” porque tienen resultados económicos positivos. ¿Es esta la medida de “suficiencia” en la que podemos basar la sostenibilidad de una organización?

Desde hace unos años, la Psicología Positiva viene ofreciendo una serie de aportaciones metodológicas, técnicas y estrategias que se dirigen al objetivo de incrementar el bienestar laboral, facilitar la construcción de una homeostasis organizacional positiva y hacer realidad la premisa de la “Felicidad en el Trabajo”.

¿Qué ocurre cuando las personas se sienten comprometidas con su papel en la organización en la que desempeña una labor? ¿Qué ocurre si facilitamos la creación de relaciones constructivas y colaborativas entre compañeros? ¿Resulta útil para alcanzar mejores resultados la implicación de un líder positivo, carismático e inspirador? Estas son algunas de las preguntas que estamos intentando responder desde hace años desde el ámbito de la Psicología Positiva Organizacional.

inspiradorEn mi trabajo en consulta me encuentro a menudo con historias sobre sistemas organizacionales que facilitan la creación de situaciones que suponen una gran presión disfuncional sobre las personas. Cuando estas personas se “rompen”, generando por ejemplo una respuesta de estrés crónico, tendemos a interpretarlo como resultado de dificultades individuales, incrementando los riesgos de construir en esa persona una creencia de incapacidad (una especie de “doble victimización”: no solo sufre estrés crónico sino que además es por su culpa).

La Psicología Social ha demostrado sobradamente las implicaciones que las fuerzas situacionales tienen sobre las personas (como el famoso experimento de Phillip Zimbardo de la prisión de stanford). Pero, ¿y si modificamos el funcionamiento del sistema para que genere situaciones de desarrollo del potencial de las personas? ¿Y si creamos organizaciones que construyan y potencien el bienestar, la salud y la felicidad de quienes trabajan en ellas? El paradigma sistema-situación-persona es imprescidible no solo para comprender cómo funciona una organización, sino también para ayudarla a cambiar y transformarse

En Felicidad Sostenible trabajamos desde esta misma propuesta, ayudando a las organizaciones a construir estrategias que ayuden a potenciar las competencias (emocionales, cognitivas y sociales) de quienes participan en ella, lo que como resultado ofrece un cambio en todo el sistema: pasamos de organizaciones que sobreviven a organizaciones sostenibles, de organizaciones generadoras de enfermedad a organizaciones felices.

Tony Corredera.

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